Seguro que ya conocéis grandes cuadros como El Beso, Retrato de Adele Bloch-Bauer, Judith, Dánae, etc… en los que tantos puzzles se han inspirado. Todos ellos pertenecen al mismo autor: Gustav Klimt. ¿Queréis conocerlo un poco mejor? La Casa del Puzzle os trae hoy una breve biografía de este genial pintor.
Klimt nació el 14 de julio de 1862 en una pequeña ciudad, Baumgarten, cerca de Viena, el segundo de siete hijos. Ya desde la infancia, mostró inclinaciones artísticas, que podían haber heredado tanto de su padre,? Ernst Klimt que era grabador de oro como de su madre, Anna. Klimt vivió en una relativa pobreza la mayor parte de su infancia. Fue por tanto sólo gracias a su talento que en 1876, con catorce años, recibió una beca para estudiar en la Kunstgewerbeschule, la Escuela de Artes y Oficios de Viena, donde se formaría hasta 1883 como pintor y decorador de interiores. Hacia 1880 ya gestionaba modestos encargos como un colectivo que se hacía llamar la «Compañía de artistas», colaborando como asistentes de su profesor en la decoración del Kunsthistorisches Museum de Viena. Klimt comenzó su carrera individual como pintor de interiores en grandes edificios públicos de la Ringstraße, desarrollando ya algunos temas alegóricos que posteriormente se convertirían en un rasgo distintivo de su obra.
En 1888, Klimt recibió la Orden de Oro al Mérito de manos del Emperador Francisco José I de Austria por su trabajo en los murales del Burgtheater de Viena. Fue nombrado miembro honorario de las universidades de Múnich y Viena. A principios de la década de 1890, Klimt conoció también a Emilie Flöge, quien aparentemente soportó las constantes aventuras amorosas del artista y se convertiría en su compañera hasta el final de su vida. El componente sexual de esta relación ha sido objeto de cierta discusión, aunque está documentado que Klimt tuvo al menos catorce niños durante esta relación.
Gustav Klimt, Su Obra
Klimt se convirtió en uno de los miembros fundadores —y presidente— de la Wiener Sezession, un grupo de artistas fundado en 1897, y del colectivo temporal Ver Sacrum (la ‘Sagrada Primavera’). La Sezession había surgido como una alternativa independiente a los artistas promocionados por la Academia vienesa —de la que el mismo Klimt había formado parte en su juventud—. En 1894, Klimt había recibido el encargo de crear tres pinturas para decorar el techo del Aula Magna de la Universidad de Viena. Inacabadas hasta el fin de siglo, estas tres obras —Filosofía, Medicina y Jurisprudencia— fueron muy criticadas por lo radical de su enfoque y su propia representación, que algunos consideraron «pornográfica». Klimt adaptaba la forma clásica de la alegoría y su simbolismo convencional, dándole forma con su propio lenguaje plástico, abiertamente sexual y de matices provocativos. En 1899, Klimt se confirmó en su estilo: Provocadora y llena de turbadora energía, su Nuda Veritas —la «Verdad desnuda»— suponía un paso adelante en su estética personal.
En 1902, Klimt concluyó su trabajo en el Friso de Beethoven a tiempo para la XIV exposición de los secesionistas vieneses, que se había organizado a modo de homenaje al compositor, y en la que se presentaba una monumental escultura policromada de Max Klinger. Destinado a ser expuesto temporalmente, el friso fue pintado directamente sobre la pared con una técnica ligera. Tras la exposición, sin embargo, el friso fue conservado, si bien no volvió a ser expuesto en público hasta 1986.
La «etapa dorada» y el éxito de crítica
En 1911, gracias a La vida y la muerte, Klimt es galardonado con el primer premio de la Exposición Universal de Roma. En 1915, murió su madre, Anna. Tres años más tarde, tras haber pasado un infarto, neumonía y la llamada gripe española, Klimt falleció.